miércoles

Aloha!

-Violonchelo?
-Contrabajo
-Casi!
-Casi...

¿Cómo es que se busca a quien no se conoce? ¿Cuál era la formula?

Palabras empeñadas en separar.
Presuntamente inventadas para unir, pueden ser destinadas a transgredir las relaciones humanas y sus acuerdos.

Las palabras pronunciadas sólo constituyen la mitad del camino comunicativo que, en teoría, se inicia en el cerebro o el mango. En ocasiones sin embargo, no se usa el cerebro, sólo el corazón.
Es obvio que se presenten casos -tal vez más, tal vez menos afortunados- en que no se utilicen ninguno de los dos. Se justifica ésto ultimo en una brillantez disminuida o, simplemente, una falta de sensibilidad. Este tramo de la ruta, culmina con vientos de distinta proporción e intensidad a través de conductos oscuros, modulados por la indispensable y seductora lengua. El resto del recorrido lo realiza el oído, el cerebro y el manguito del vecino de en-frente.

Este fenómeno de discrepancia ha sido estudiado desde el inicio el lenguaje, sin embargo su existencia ha de ser adjudicada, en principio a la falta de fe. Posteriormente a la maldad inherente a cada persona y entre los últimos de la lista, a una tendencia innata a la desviación, comúnmente llamada perturbación por quienes [no] saben de eso.

“Bienvenidos los que llegan a éste hogar…” JC

1 comentario:

Ágætis byrjun dijo...

efervescente.

hace días que lo leí, pero siguen surgiendo burbujas